sábado, 25 de octubre de 2008

Fiesta del pulpo en Carballiño


Queridos amig@s:
abaixo paso a relatar nuestra excursión a Carballiño el Domingo 10 de Agosto de 2008.
Lino, María, Juanjo y yo, es decir, lo mejorcito de la panda, nos dirigimos pues a la tan conocida fiesta del pulpo que se celebra todos los años en Carballiño, pueblo conocido por sus muchos madroños y pinares (la manía que tiene la gente de llamarlos "Carballos"). Y una que no está acostumbrada más que a fiestas de ciudad, pues va y se planta con sus tacones de 8 cm (chicos os dejo que cojáis un metro para ver qué son realmente 8 cm, jeje) en mediolmonte. Me sentía la "Barby coñohagoyoaquí". Menos mal que Juanjo, tan buen amigo que es, me ayudó a buscar a otra con tacones, para que no me sintiera la ridícula da feira.
Aquí, una es experta en maratones taconianos, así que pasé desapercibida entre la multitud, porque iba toDios borracho, claro.
Lino, se empeñó en meter la pata en una zanja que había estratégicamente colocada pa los de fuera (los del pueblo ya se la conocen y seguro que se sientan en un banco a comer pipas y partirse el culo). Pues no sólo se empecinó en meter su kilométrico pie calzado a lo sandaliero romano, sino que además, se precipitó contra una paisana, comúnmente conocida como "miembra". La moza puso cara de “heligao”.
Probé la pócima secreta de María: martini rojo mezclado con martini blanco. Claro, que la chica muy amablemente le tuvo que explicar al Carballense, Carballano o Carballés que hacía el papel de camarero, cómo se preparaba el brebaje. Coges una botella roja, una blanca, y lo echas a la vez. Vamos!!! pastudiar una carrera.
Las mesas tan solicitadas había que compartirlas con desconocidos, y claro, luego pasa lo que pasa. No tardaron ni 2 minutos en meterle mano a uno de mis amigos. Con la excusa le tiraron media botella de vino por la espalda y la señora no se cortó un pelo y le restregó una servilleta por todo el culo. Dios mío no quiero saber qué habría pasado si se la hubiese derramado en esas "partes" tan delicadas y preciadas que los hombres se empeñan en idolatrar y que realmente son feas de cojones.
El pulpo, para mi gusto, un poco duro. Me recordó a cuando tenía 15 años y me metía los 5 chicles del paquete de Bang-Bang a la vez. Tras comer pulpo y churrasco tocó el postre, yo me habría tomado algo del "país" pero ganó lo del helado. Pues ahí vamos a una heladería del pueblo. Lo que pasa siempre, hay tantos sabores qué ¿cuál pides?. Yo quise saber cuál era el de sabor "Brownímísimo" y esperando que el heladero me contestase con ojos denamorao: - "es el de sabor: tienes una sonrisa muy bonita" - pero ná de ná, qué soso el mamón!! no va y me dice.... - "ah, pues ni idea" -. O sea.... que te cagas de glamour. Y yo que soy muy cabezota y Tauro de nacimiento, aunque estoy pensando en cambiarme a Sagitario (por eso de ser un signo de fuego... ya sabéis, yo y mi obsesión con los bomberos) me empeciné en el helado de brownímísimo. Se acerca otro heladero-camarero-aprendizdespabilao con cara de me comolmundo y varios cocidos al día también ¿y no me quiere dar gato por liebreee???. Va y me dice: - "el brownimísimo es éste" - y me señala el de fresa (pa cagarse polapatadelmedio), Pero ese helado rosa se llamaba "Gua Gua", Sabe Diosssssss cuánto hay que estudiar para ponerle nombres tan originales a los helados, Todo el mundo sabe que el helado rosa, SIEMPRE es de fresa. Y todo el mundo sabe que el Brownie es un bizcocho de CHOCOLATEEEE con nueces (y si no ya lo sabéis) y yo que soy una experta en chocolatesssssss ¿me quiere dar fresaaaaaa????. La fresa se la iba a meter yo por la huchita de obrero agachao. Pues EA!! Me fui con mi helado de Brownimísimo toda contenta cual niña con las bragas limpias.
¡Hasta nos dio tiempo de ir al mercadillo! Joé, y no era largo ni ná. Acabamos de gorros, camisetas de flores y puestos de música culebronera hasta las narices.
A todo esto.... no sabemos qué relación tendrá Carballiño con Andalucía (debe ser la proximidad), Pero los pulperos iban vestidos de sevillanas o algo así. Bueno, una mezcla de sevillana barriobajera y vaquero del Oeste. Una cosaaaaaaaaa...
A la próxima mapunto.

Una de Polis y Bomberos...


Jou Jou Jou!! (que diría Papá Noël tras depositar regalitos en casa de pequeños diablillos casi todos con "carapán", llamados niños)
JOU JOU DIGO YO!!! qué emocionante!!! La noche pasada estaba viendo mi serie preferida en la tele cuando de repente giro la cabeza hacia la ventana y veo miles de luces. Pensé que era el camión de la basura y no hice ni caso, pero ya estaba recogiendo demasiada cantidad de mierda... porque pasó bastante tiempo y ahí seguían las luces. Así que me asomé. Y ahí estaban!!! Ángeles uniformados saliendo de 2 camiones de bomberos y de 2 patrullas policiales. Pues no se me pegaron las manos a la ventana ni ná.... Parecía una peli. Yo a punto de meterme en cama y con emociones de tal calibre a esas alturas ¿quién se iba a dormir?. La verdad es que no sé qué pasó, subieron con la escalera del camión a una ventana y rompieron una persiana para entrar (a partir de ahora yo dejaré las mías subidas... no vaya a ser que me quieran hacer una visita y como buena ciudadana habrá que facilitar el trabajo al “cuerpo”). Y la poli tomando nota de todo. Lo veía bien porque era justo el piso que está enfrente del mío. Así que veía a todos los bomberos y polis juntitos en la habitación (y yo delante soñando despierta con una orgía de uniformes). Heridos no hubo, así que ¿a quién le importa lo que pasó? si al final los he tenido tannnn tannn cerca y a todos juntitos como si de termas griegas en el siglo "Pi" se tratara (Pi: es que yo de siglos ni idea). Ay!! por estas cosas sí que vale la pena vivir; Pero todo tiene su fin, y tuvieron que irse. Anda que tanto bombero, tanto bombero, y no supieron detectar el fuego en mis ojos, je je, yo que les dejé la ventana abierta... al fin y al cabo, de esa ventana a la mía sólo había un giro de grúa. Pero casi mejor así, porque hoy no estaba visible. Con un camisón más feo quel Fari y una bata de abuela carmelita. Eso sí, una posee tal cantidad de habilidades "atrapahombres" que me habría dado tiempo a cambiarme rápidamente y ponerme mi camisón tipo "NormaDuval" y meter la bata debajolalfombra y maquillarme a lo RitaJeiword y hacerme la manicura francesa, y cortarme las uñas de los pies y peinarme a lo AmyWinehouse (pedazomoñopaguardardetó) y a preparar unas magdalenas glaseadas con virutas de chocolate encima....
En fin… ¡Viva el “ cuerpo”!

"Mi Niña Coquito"

Hace 11 meses nació el amor de mi vida: mi sobrina. Yo le llamo Coquito porque cuando nació tenía el pelo de punta y cortito… parecía un coco de los que compras en el “súper”. ¡Más linda! Ahora se lo han cortado como a su papá y parece que la van a alistar en la legión, está graciosísima aunque yo estoy deseando que tenga una melena para llenársela de horquillas horteras que sólo le regalaría una tía.
¿Por qué nos empeñamos en hacer regalos que nos gustan a nosotros y que pensamos que son adecuados para los bebés, si ellos mismos son lo que deciden cuál les gusta siendo aún tan pequeñitos? Les regalamos peluches, juegos didácticos, cuentos infantiles… y al final se entretienen con lo que nunca te habrías imaginado: el marco de una puerta ¡toma ya! Y es que mi niña se vuelve loca con las puertas. La colocas entre los dos marcos de una puerta y parece que está viendo un partido de tenis. Mira el marco derecho, mira el marco izquierdo, mira el marco derecho mira el izquierdo. Ni Stevie Wonder en sus mejores conciertos. Y los demás estrujándonos los sesos pensando qué coño le hace tanta gracia. Para mí, que en ocasiones ve muertos, porque se queda mirando a la nada pero como atendiendo a algo (prefiero no pensar que en casa somos más de los que nos vemos). Y ya es para morirse como le pongas una súper-mega-gigante etiqueta de Zara delante. Le vuelven loca las etiquetas. Darle algo con una etiqueta llamativa y pondrá cara de “Dios de mi vida acabo de descubrir algo que nadie más en el mundo conoce”. Cuando crezca la voy a impulsar por el mundo del Psicoanalismo.
Ahora nos tiene fritos porque ha descubierto que diciendo: - ¡EHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH! (pero con chillidos insoportables de bebé) – llama nuestra atención. Lo que no sé es cómo no se asusta con la cara que ponemos de “cagonlaniñaloscojones”. Estoy deseando que empiece a hablar para que lo primero que diga sea: - Hola Marta tía más guapa del mundo sobre la tierra terrenal – claro que tendré que darle unas clases particulares para que diga eso antes que papá o mamá.
También estamos deseando que empiece a gatear, sobre todo porque se arrastra por el suelo sólo con un brazo como si del soldado Ryan recién herido se tratase. ¡Es de coña!. ¡Mira que es complicada la nena! Yo creo que con su cabezonería y su fuerza, será una luchadora nata, cosa fundamental en esta vida. Eso sí, la semana que viene empieza la guardería e imagino que le caerán hostias por un tubo. Pero ahí estará su “Tía de Arco”para salvar a la princesita de las garras de las futuras arpías del país (con “ellos” que se saque las castañas del fuego ella solita, que a mi me dan miedo).

Y es que, mi niña Nayeli es lo más bonito que han puesto en mi vida.

Mi trabajo


Mi trabajo es como el de la gran mayoría de la gente. Entretenido unas veces y un coñazo otras; estresante unas veces y demasiado tranquilo otras. Yo, la verdad, soy de las que prefiero estar ocupada y algo estresada para luego poder quejarme con fundamento. Aunque quien me conoce, sabe que me quejo por todo y que siempre encuentro algún motivo para protestar. En fin… lo que más me gusta de mi trabajo es que hay que hacer de todo… desde escribir una carta y cambiar un tóner, hasta regar las plantas y regañar al personal por olvidarse la tarjeta de acceso al edificio, más que nada porque se te queda el dedo pegado al telefonillo de tanto abrir la puerta. ¡¡Pero estoy encantada!! Sobre todo por lo del personal masculino, que se comporta como si nunca hubiera visto a la recepcionista más guapa del mundo mundial (que soy yo, evidentemente). Entre los trabajadores del centro hay una gran variedad de especímenes con los que me divierto porque los comparo con aves: está el águila real; lo mejorcito en belleza empresarial, claro que éstos ni se fijan en la que pasa por delante (ya me puedo contonear como si bailase con el Hula-Hop… que ni puto caso). Luego está el prototipo de avestruz; les sonríes y meten la cabeza bajo tierra, del susto. También están los Frikis, a los que comparo con el papamoscas collarino. A éstos ni caso… van a trabajar y punto. ¿y qué deciros de los aguiluchos laguneros? Éstos, junto con los zampullines cuellirojos, son los típicos que nunca integrarías en ningún grupo, por gilipollas. Y por último está el tan temido por mi persona, buitre carroñero, esos son de lo peor, cada vez que paso por esa zona me siento como Bambi en una jaula de tigres. ¡Dios mío! Y cuando empiezan a salivar cual perro de Paulov entonces es cuando acelero el paso y empiezo a tropezar con las rayas del suelo… y eso que hay moqueta… Pero no quería terminar sin mencionar al más especial de todos: el colibrí; Bonito, delicado y muy especial. Una especie en extinción que habría que cuidar mucho. Un jazmín en un campo de ortigas. Así es D. para mi.

Iris


Tengo un perrito que se llama Iris. Bueno, es perra, si no sería un nombre poco masculino ¿no? A menos que fuera un perro Drakqueen, entonces el nombre le pegaría de cojones. Es de raza Schnauzer-miniatura. Ya es una viejita, la pobre. Y aunque lleva toda la vida con nosotros y la conozco muy bien, no entiendo por qué a estas alturas de la vida pretende entrar en el salón atravesando la cristalera que hay al lado de la puerta ¿será por las cataratas?. Lo mejor es ver lo bien que se lleva con mi sobrina de 11 meses. Es increíble cómo se compenetran de bien. Mi sobri está empezando a gatear y la persigue por todo el salón y mi perra con cara de “hayquejoderseconlacalvaesta” se da la vuelta y escapa como alma que lleva el diablo, pero con ralentí, y es que 15 años son muchos para una princesita peluda y achuchable.
Mi sobri encantada con Iris, pero algo frustrada por no poder agarrar esa mata de pelo salpimentado. Eso sí, cuando le pilla entre la mesa del salón y el sillón, allí ya no hay can que escape. Esperemos que nunca le dé por incar el diente en el tiernecito brazo de la nena, más que nada lo digo porque los bebés son preciosos, pero con una ristra de dientes caninos incrustada en el brazo no ganaría el concurso de pekes del Corte Inglés.
La pobre ya ni ladra (digo mi perrita, mi sobri te suelta unos alaridos que tascagao), Como no oye nada pues decide que ella pa qué va a hablar y así todos encantados por los silencios que nos regala. Así que lo de “Iris vamos a la calle, IRIS vamos a la calle, IRIS A LA CALLE HOSTIAS” ya no sirve. Y no hablemos del olfato, algo todavía tiene, pero también de efecto retardado; y es que cuando alguien conocido viene de visita, aún le da tiempo a comer, echarse una siesta, jugar a un mus, hacer un bizcocho… antes de que Iris detecte su presencia. Eso sí, cuando descubre que en casa hay alguien más, se vuelve loca, se mueve de aquí para allá moviendo el rabito, toda contenta buscando el regalito. Lástima de puertas y esquinas babeadas por la somantadhostias que se va dando por el camino. Pero al final os juro que te encuentra, eso si no ha pasado todo el día y te has tenido que ir aburrida del juego “estoy aquí, estoy aquí”.

Visita a la carnicería


En el portal que hay al lado de mi casa hay una carnicería. Siempre compro allí todo lo que tiene que ver con embutidos y productos cárnicos. Además, me gusta que me conozcan porque así te da la impresión de que no te van a vender el cochinillo que lleva allí 2 años, 3 meses, 5 días y 12 horas; que luego te lo venderán igual, pero ¿a que si te dicen que es “del día” te lo crees?, a menos que seas una requete-experta en productos cochiniles; y la verdad, las mujeres de “cerdos” sabemos mucho pero a veces bajamos la guardia y nos meten “cerdo pasao”. El caso es que tenía antojo de cenar un chorizo con patatas, como un cocido pero a lo súper súper pobre.
Joderrrrr y cómo estaba la carnicería!, ¿es que TODO el mundo quería chorizo. Mi chorizo? Estaba dispuesta a pegar a la maruja de turno para no quedarme sin mi cena, eso sí, simulando ser la vecina perfecta que siempre te cede el turno (¡y una mierrrrda pa ti!). Pues ¿no se me quiso colar la típica ancianita vestida de “monjita calasancia”? y encima no dejaba que Miguel, el carnicero, me pusiese más cosas, y es que una va a por un chorizo y se le antojan también unas mollejas, ¡qué coño!. Qué bien me vinieron la clases de teatro!!!, lo bien que se me da sonreir angelicalmente mientras por dentro pienso: - no me toques las mollejas que te mato - .
Pero no acaba ahí la cosa. Luego tocó el embutido. También tenía antojo de queso, y es que soy muy ratón, que no rata. Una señora bien hermosa de talla, pero bien bien bien, estaba sentada en un gran arcón donde suelen colocar magdalenas y demás bollería rica pero poco recomendable para mantener la silueta. Se levantó para que le atendieran y claro, una, que lleva una vida estresadísima y agotadora entre sus clases de Pilates y sus series de televisión que parecen poco didácticas pero que requieren gran concentración para recordar quién se acostó con el que ahora se acuesta con la que se acostaba con el primo de su marido, necesita también sentarse de vez en cuando. Así que ni corta ni perezosa le robé el sitio como si del juego de las sillas se tratara. Joderrr la tía petarda que no tardó ni un minuto en acercarse, mirarme y poner cara de pobremujercansadaquesoy. Yo con la casi más grande de mis sonrisas (porque la más grande la guardo para el guapetón del taller) le cedo el sitio insistiendo que me senté por aburrimiento (y una leche!! Aburrida tendría que estar ella de tanto tricotar delantelaradio!!). Ella muy sonriente me dice: - Ay neniña!, es que yo siempre estoy sentada porque estoy muy cansada. Siempre estoy sentada, siempre estoy sentada, jaja - . Creí que le había sentado mal el “Eco” con leche del desayuno y que se le habían rallado las neuronas porque con que lo dijese una vez llegaba. Yo sin dejar que la casi más grande de mis sonrisas abandonase mi boca, pensé: - así estás de gorda ¡Tía Foca! – claro que lo que la señora interpretó con mi dulce sonrisa, fue: - encantadora señora siéntese y repose -.