jueves, 20 de noviembre de 2008

Hazte Donante

Hoy pasé por un autobús de esos en los que puedes donar sangre. Y teniendo en cuenta que hacía casi 15 años que no podía donar por bajo-peso, aproveché que no tenía prisa y que estoy sobre-pesá para aportar mi granito de arena, bueno de sangre, al banco. Y joder con el "granito"... casi medio litro!!, me dejaron seca. Y encima, siempre me da por donar justo en esos días del mes en los que las mujeres no sabemos a qué huelen las nubes. Igual que me da por cambiar la decoración del piso justo cuando me quedo en el paro y no tengo ingresos. En fin... el caso, es que voy toda emocionada y me meto por la puerta que no es. !!!Amigos!!! ¿pa qué nos enseñan a leer en el coleeeee??. El conductor pensó que le quería quitar su trabajo. Salí del bus y entré por la puerta de atrás. Es que a mí, eso de entrar por la puerta de atrás me suena tan mal... ni que fueras a trapichear... Así que me senté y leí las condiciones para la donación. Debe ser el único papel que leo y firmo en el que no hay letra pequeña. ¿Os imagináis la letra pequeña?: "si te ofrecen algo de beber, no lo aceptes!, es el nuevo timo del Rumano". Antes de pasar a donar, un médico o algo así te hace unas preguntas. Yo, ante la pregunta de si tenía tatuajes, ya estaba dispuesta a despojarme de mis caras vestimentas para enseñarle mis dibujitos varios, pero no hizo falta porque los tatuajes, al tener más de 4 meses caducan, así que de . También te preguntan si tienes enfermedades que todos conocemos y alguna otra que no has oído en tu vida. Ya sabéis, cada año se pone de moda una enfermedad nueva y las cagao porque no te lo enseñaron en el cole, así que ni idea. Yo creo que se las inventan. Me sorprendió una pregunta: -¿has vivido en el Reino Unido entre los años 1996 y 2003?- (no recuerdo exactamente los años) no sé qué enfermedad hubo ahí esos años, creo que la de las vacas locas. Haber estado 4 días en Londres hace 1 año no cuenta, no?. Mucho se habló de la enfermedad de las vacas locas pero nunca se menciona la del cerdo ibérico, existente en España desde que Adán de Vallecas dejó a Eva de las Mercedes y todo por no sé qué de un puto melocotón o algo así. Yendo al meollo de la cuestión, después de interrogarme, pesarme (casi me caigo de la báscula del susto) medirme y cerciorarse de que no tenía anemia (prueba de pinchazo en el dedo, la hostia con el pinchacito) pasamos a la operación en sí. Me ofrecieron algo de beber...mmmmmmm, sospechoso..... dejé de lado lo de mi imaginaria letra pequeña y por no pedir un tinto de verano me quedé con una botellita de agua. Me quité la chaqueta y una de las auxiliares me dijo que así mejor por si me mareaba y había que reanimarme lo tendrían más cómodo. Lo primero que pensé: - Ay Dios!! llevo un sujetador bonito?? - jolín, es que si me tienen que hacer un masaje cardíaco o me tienen que poner un desfibrilador de ésos, ya sabéis todos, por Hospital Central, que os abren la camisa a lo "buscandoajacks" y hala, a tomar por culo los botones (con lo que me jode coser). No puedo dejar de comentar, que como siempre, hubo un graciosillo de turno. Le preguntan: - qué brazo vas a utilizar para donar? -. Y el "mepartolculoquetecagasconmigomismo" va y dice: - Brazo?? si yo vengo a donar sangre -. Casi se me salta el tubito del descojone. Ese sí que tenía tatuajes.... pero tatuajes, piercings y una gracia que ni la madre que lo parió. Pensé en adoptarle y todo, por simpaticón.
Al terminar de donar pasas a otra sala del autobús (tenía 4: la sala de espera, el interrogatorio, el saqueo sanguinario y el "comotemareesnotevaspacasabonita"). En la última sala me ofrecen otra vez de beber. Mmmmmm, sospechoso 2 (será pa rematarte?). Menudo pedal si pusiesen tintos de verano. Pero pedí otra vez agua, porque la coca-cola no me deja llegar al REM y el aquarius como que no, porque salmineralizada estoy de sobra. Así que aguita otra vez. A lo tonto, yo que no bebo ni un vaso de agua al día, me tomé 1 Litro en 20 minutos. Había una cesta con pastas y sobaos pero no me ofrecieron, así que no cogí ninguna, por si me regañaban. Y yo, que soy un poco obsesiva, dale que te pego al "¿y por qué no me habrán ofrecido pastas?, ¿y por qué no me habrán ofrecido pastas?". Con la primera bebida te envenenan, con la segunda te rematan y las pastas???... joé pues pa llenarte el estómago y cuando te hagan la "utosia" no se detecte el veneno. Tambiénnnnn preguntáis cada cosaaaaa.
Me fuí a casa flotando en una nube (del mareillo) y toda contenta con mi mochila de regalo por haber donado (dentro, seguro que va una nota que dice: - Felicidades!! es usted el gilipollas nº 22.348 al que le acaban de envenenar con el timo del "quierebeberalgo"-)

lunes, 10 de noviembre de 2008

Mi Príncipe Azul

Yo, como todas las princesas, tengo un príncipe azul. Pero el mío no sé dónde cojones anda metido. Para mí, que se ha fugao con Candy Candy, y es que dicen que siempre las prefirieron rubias…Yo, por si acaso, ya he pasado por la peluquería para pintarme de todos los colores. He sido una rubia de vértigo, una morenaza a la española y una pelirroja desafiante. Pero nada, el tal “príncipe” no da señales de vida. ¿El mío no seráaaaaa?… quiero decir que ¿no preferirá a Ken en vez de a Barby? Bueno, lo podría entender… yo también elegiría a Ken, y es que las rubias de bote (porque todo el mundo sabe que a LaBarby la teñía laWendolyn en su casa) no me van. Pues mi príncipe azul, que es un poco tocahuevos por no querer aparecer, me tiene un poco abandonadita de más. Se me pasa el arroz poco a poco y el muy canalla buscando paella en otro lao. Cuando me encuentre yo estaré arrugá cual culo de Sarpey y él seguirá joven y bello, porque por el “príncipe azul” no pasa la edad. No hay manera de encontrarlo y eso que es diferente a todos lo demás, porque el mío, es un príncipe azul desteñido, así que no pasaría desapercibido.
¡Qué susto me llevé un día!, estando en el trabajo un mensajero apareció con un ramo de rosas preciosísimo de la muerte, y yo pensé: - ¡¡Ay Dios mío!! Por fin mi príncipe azul da señales de vida. Yo toda contenta con mi ramo de flores aunque en la tarjeta ponía que era para una tal “Eva” y aunque en mi DNI aparezco como Marta, todas somos en nuestros orígenes Evas, ¿no?. Estuve a punto de escapar furtivamente con mi gran tesoro como si tuviese entre las manos la gran joya de la corona. Peeeeeeeeeeeero me dio pena la tal Eva ésa. Así que se lo tuve que llevar en persona y pasearme por el edificio con una sonrisilla forzada en la boca al mismo tiempo que pensaba: - pero será mononeuronal el mamón éste azul… ¿no se ha equivocado de princesa el tíojodío?-. Hijo mío, tú sigue así que ya verás la pedazo bronca que te va a caer el día que te presentes (¡Hala, por impuntual!)