sábado, 29 de septiembre de 2012

Un Viaje Inesperado

¡¡Y yo con estas pintas!! Todo comienza con un problema en el tubo de escape de mi coche. Hay que desmontarlo así que llamo a Pedro, que también es un manitas en esto de la mecánica, para que me lo solucione. Quedamos en que se acercaría a casa a echarle un vistazo al coche para ver si hay que cambiarle alguna pieza o si sólo hay que recolocarlo en su sitio. A mí, que me gusta la cama más que a las sábanas, me da por levantarme justo cuando me llama para decirme que ya está aquí. Hago como los americanos y me pongo el abrigo encima del pijama. Me lavo la cara, me pongo una diadema para darle algo de presencia a mi melena sin peinar y salgo tal cual. Sólo íbamos a estar en el garaje de casa, así que no tendría que temer porque alguien me viese sin ese glamour que me caracteriza. Saco por fuera el cuello de mi camisón de ositos para que el abrigo no me dé frío en la nuca. 1er encontronazo, en el ascensor: La Happy Family que sale a comer fuera en sábado. Yo, mirando al suelo, buscando moscas. ¡¡Puff!!, bueno, no ha sido tan grave. Ahí está Pedrito, tirado debajo de mi coche buscando el problema. Yo, con mi camisón de ositos asomando y mi abrigo largo. – ¡Vamos un momento a la gasolinera, donde hay un tejado, porque aquí no tengo luz y en la calle llueve! – me dice. Pues allá vamos. Una vez en la gasolinera y sin poder hacer gran cosa: - ¡Vamos a mi oficina porque allí, hay un “tren de elevación de coches” (como yo lo llamo)! – me vuelve a decir. Pues allá vamos otra vez. Yo, con mi camisón de ositos asomando y mi abrigo largo. Es sábado por la mañana y llueve. Nos acercamos a su oficina, en el parque de bomberos de una localidad que no pienso mencionar, por si me reconocen y me denuncian por alterar el orden público con mi camisón de ositos. Joder, yo, ¡en un parque de bomberos y en pijama de ositos! Me van a dar el premio por el mejor insulto a la distinción, gracia y estilo del año. Pijama de ositos, diadema de las que nunca sacarías a la calle si fueras bien vestida pero eso sí, sin ninguna arruga en la cara, debido a la relajación con la que todavía contaba mi piel por estar recién levantada. Por lo menos es un punto a mi favor, ¿no? Empiezan a salir fornidos e irresistibles bomberos para hacer ejercicio y yo cagándome en Pedro, en mi tubo de escape (bueno, en el del coche), en mi camisón de ositos y otra vez en Pedro. La frase: “le echo un vistazo en el garaje y ya está “no hacía más que resonar en mi cabeza. De vuelta a casa, aún nos paramos en un camino porque resulta que se le había caído el tapón de la gasolina a su coche. Antes de llegar a mi casa paró en una gasolinera y con las prisas y el miedo a que yo le echara la bronca por llegar tarde, para que nos vamos a engañar, se olvidó de cerrar con llave el tapón de la gasolina, así que a medio camino de mi casa, el tapón decidió ir a dar una vuelta por el descampao de al lado. ¡Hala!, a pararse y a buscar el dichoso tapón. Y yo, con mi pijama de ositos y mi abrigo largo por el arcén de la carretera donde no hacían más que pasar coches. ¿Qué pasa? ¿Qué hoy le ha dado a todo el mundo por ir a comer a la sierra? “Le echo un vistazo en el garaje y ya está”, ¡¡Y una mierda ya está!! ¿Quién me iba a decir a mí que pasearía en todo mi esplendor elegante a la par que chic y cool por todo el pueblo?? Es lo que tienen los viajes inesperados.

viernes, 28 de septiembre de 2012

Un Día Caótico

Me cago en hoyyyyy!!! Tenía cita a las 10:00 en una ETT en el centro de la ciudad. Madrid, Verano, Agosto .... con salir media hora antes voy sobrada. Hace unas semanas estuve manoseando el TOMTOM y desde entonces algo ha cambiado en mi vida. Esta mañana metí la dirección que me habían dado, varias veces y no me la aceptaba. Me tiré media hora peleándome con el navegador que compré en Media Markt Yo No Soy Tonto. Desde el día que le di a unos botoncitos la señorita del aparato ya no me habla. Ya no me indica que en la siguiente rotonda siga de frente. Ya no me advierte que el cruce es peligroso. Ya no me toca más los cojones... pero yo quiero que me los vuelva a tocar. Ahora me sale una flechita pequeña que cuando ya me he pasado la salida se tuerce indicándome que era por alliiiiiiiiiii i i i i .... Eran las 10 menos 10, decidí dejar el navegador y utilizé mi plan B: el comodín de la llamada. Llamo a Pedro y que me diga cómo ir, apunto las indicaciones y ya está. ¡Uf! la batería del móvil con 1 rayita. Si me estuviese jugando 300.000 €, los habría perdido ¿Donde narices está el Peter de los cullóns? Tirada en una cuneta, con los warning, peleándome con el TOMTOM, sudando la gota gorda, y encima la luz de la reserva de gasolina encendida. Ya eran las 10:00. Plan C: llamar a la ETT y poner voz de corderito degollao: - hola, perdona es que he tenido un problema con el navegador y estoy un poco perdida - (mentira nº1: un poco perdida no, ¡todavía en el portal de mi casa!). - ¿tu sabrías indicarme cómo llegar de...... hasta.......? - El "puff" del chico ya me puso más nerviosa. Ese "puff" todos sabemos lo que significa: "lollevasclaromorenaestasmaslejosquemartedemicasa". Me indicó y memoricé la Cibeles a la derecha, Goya a la izquierda y luego a la derecha. Vamos!... que no llegué ni de coña. Lo de la Cibeles bien, pero luego me pasé lo de la izquierda y ya no pude rectificar porque señores y señoras, ¡Madrid es genial! te confundes de calle y las cagao. Tienes que volver ooooootra vez a tu casa porque la señal de tráfico que más abunda aquí es la de "media vuelta prohibida", más conocida como: "agáchatequetedoyporculomientrasmetomoundaikirydefresayencimameriodetucara". Todos mis sentidos puestos en llegar como fuese. Esta calle me suena..... ahhhhh..... es que he pasado por aquí antes y no me han dejado dar media vuelta para rectificar. Un ojo puesto en la carretera, el otro en los espejos retrovisores, una oreja para los pitidos, la otra para las sirenas de ambulancias, una mano para el volante, la otra para pelearme con el TOMTOM.....¡¡ coño!! ¡¡un semáforo en rojo!!! Se me había olvidado que había semáforos. Y encima, la mitad de la ciudad con carril bus y para taxis. ¡¡¡Si!!! ¡¡¡También me metí en alguno!!! ¿Quéeeeeee pasa? Por fin llego a la calle y hago caso de lo que dice la gente: - en cuanto veas un parking no dudes y mete el coche - Busco el número de la calle yyyyyyyyy no hay nadaaaaaaaaaaaaaaaaa. ¡Joder, me han tomado el pelo! Les llamo por teléfono para pedirles explicaciones ¡Ah!, ¿que no es esta la calle????? Con los nervios me había equivocado de calle. El coche aparcado muy bien sí sí sí, pero a tomar por culo. A patearrrrrrrrrrrrrrrr. Tras una buena entrevista a pesar de llegar 1 hora tarde, salgo camino al trabajo. No hay problema, tengo tiempo de sobra, tres cuartos de hora. Vuelvo a colocar el navegador. Hago un esfuerzo por seguir la puta flechita y no equivocarme. Echando de menos la voz de la petarda me vuelvo a equivocar. A todo esto, llevaba 2 días con la luz de la reserva encendida. ¡¡¡¡Gasolinaaaaaaaaaaaa que me quedo sin gasolinaaaaaaaaa!!!! Haciendo un giro se me enreda el cable del TOMTOM en el volante. La ventosa se despegue del cristal, se cae el puto aparatito y se queda colgando en no sé dónde. No sabéis lo que es ir por un sitio que no conoces de nada, siguiento las indicaciones del navegador y que de repente se te despegue del cristal. El semáforo en verde y yo desenredándome del cable, cagándome en la ventosa del artilugio y pensando en no quedarme sin Gasolina. Pedro llamando y yo diciendo en alto: - No me jodas ehhhh que ahora no puedo coger, tengo muuuchos asuntos entre manos - Llegué al trabajo tarde, a la ETT tarde, sin batería en el móvil, con 2 gotas de gasolina, ampollas en los pies, sin desayunar y rogando a la señorita del TOMTOM que me vuelva a hablar.