sábado, 25 de octubre de 2008

Iris


Tengo un perrito que se llama Iris. Bueno, es perra, si no sería un nombre poco masculino ¿no? A menos que fuera un perro Drakqueen, entonces el nombre le pegaría de cojones. Es de raza Schnauzer-miniatura. Ya es una viejita, la pobre. Y aunque lleva toda la vida con nosotros y la conozco muy bien, no entiendo por qué a estas alturas de la vida pretende entrar en el salón atravesando la cristalera que hay al lado de la puerta ¿será por las cataratas?. Lo mejor es ver lo bien que se lleva con mi sobrina de 11 meses. Es increíble cómo se compenetran de bien. Mi sobri está empezando a gatear y la persigue por todo el salón y mi perra con cara de “hayquejoderseconlacalvaesta” se da la vuelta y escapa como alma que lleva el diablo, pero con ralentí, y es que 15 años son muchos para una princesita peluda y achuchable.
Mi sobri encantada con Iris, pero algo frustrada por no poder agarrar esa mata de pelo salpimentado. Eso sí, cuando le pilla entre la mesa del salón y el sillón, allí ya no hay can que escape. Esperemos que nunca le dé por incar el diente en el tiernecito brazo de la nena, más que nada lo digo porque los bebés son preciosos, pero con una ristra de dientes caninos incrustada en el brazo no ganaría el concurso de pekes del Corte Inglés.
La pobre ya ni ladra (digo mi perrita, mi sobri te suelta unos alaridos que tascagao), Como no oye nada pues decide que ella pa qué va a hablar y así todos encantados por los silencios que nos regala. Así que lo de “Iris vamos a la calle, IRIS vamos a la calle, IRIS A LA CALLE HOSTIAS” ya no sirve. Y no hablemos del olfato, algo todavía tiene, pero también de efecto retardado; y es que cuando alguien conocido viene de visita, aún le da tiempo a comer, echarse una siesta, jugar a un mus, hacer un bizcocho… antes de que Iris detecte su presencia. Eso sí, cuando descubre que en casa hay alguien más, se vuelve loca, se mueve de aquí para allá moviendo el rabito, toda contenta buscando el regalito. Lástima de puertas y esquinas babeadas por la somantadhostias que se va dando por el camino. Pero al final os juro que te encuentra, eso si no ha pasado todo el día y te has tenido que ir aburrida del juego “estoy aquí, estoy aquí”.

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