martes, 10 de marzo de 2009

Mi Primera Clase De Tai Chi


¡¡Madre mía!! ¿A quién se le ocurre? Qué manía tengo de apuntarme a clases con nombres raritos. La verdad es que no sabía ni de qué iba este tipo de “arte”, porque de verdad que es todo un arte. Voy y me planto con mis mallas y mi camiseta. Ésa es mi vestimenta deportiva, cómoda y discreta. Entro en clase y todo Dios vestido con ¡¡ kimono de seda!! Y es que amigos, ¡¡a la gente le sobra el dinero!! Yo, me ciño a mi economía (bastante limitadita actualmente), así que mallas y camiseta para tó. ¿Pilates? Con mallas y camiseta, ¿baile? Con mallas y camiseta, ¿Tai Chi? CON MALLAS Y CAMISETAAAA (¡¡qué leches!!). Pero la cosa no queda ahí. Además del kimono, que por cierto, seguro que el nombre se le puso cuando una como yo entró en una clase de éstas, vio al profe vestidito con la indumentaria adecuada y pensó: - qui mono!! -. El caso es que también se utilizan unos abanicos de la marca “lokomía”, digo yo que se llaman así porque una como yo entró en una clase de éstas, vio al profe tras un gigante abanico y pensó: - me lo komía -. Y por último, están las espadas, - ésta es pada ti, y ésta otra es pada ti – (digo yo que será por eso). ¡¡Vamos!! Que para acudir a una clase de este tipo, hay que tener paga extra. Con lo barato que es correr por la playa CON MAYAS Y CAMISETA. No imagino a la gente haciendo footing con kimono de seda, jaja.
Pues voy yo, que ando un poco despistada últimamente, ¿no voy y me meto en la clase “avanzadaaaa”? los demás hacían Tai Chi, yo, el gilipollas. Menos mal que hay 2 profesores y uno de ellos, la mujer, se puso conmigo; clase particular. A mi que me gusta pasar desapercibida y perderme entre un grupo grande de gente donde sé que nadie me va a ver… pues la clase la dan con una luz muy suave, casi en penumbra, para llegar a la relajación del alma pero no!, para que yo viese bien encendieron todas la luces, así que todo el mundo podía ver a Marta haciendo el gilipollas, y a la profe Tai Chi. Ella me decía: - no te preocupes, el próximo día ya lo irás cogiendo – y yo pensando: - ¿el próximo díaaaaa? Pedazo mendruga yo no vuelvo -. El caso es que le cogí gustito a eso de las posturitas. Parece que estás pisando huevos o escapando del malo en una peli de miedo (tu corres mucho pero el cuerpo se mueve muuuy despacio y al final te coge. Y te mata. Y te acuerdas de la madre del director, de su tía Remedios pal lumbago y de sus muertos.
El próximo día voy a la clase de “principiantes”.



(dibujo de Lupi)

jueves, 5 de marzo de 2009

Ultimamente Estoy Que Lo Rompo!!

Yo no sé qué me pasa últimamente que todo lo que cojo cobra vida. Y es que últimamente se me rompe todo. Llevo 3 días… que mejor no tocar el jarrón de cristal de Bohemia que me regaló la reina Margarita II cuando estuvimos tomando té con pastas inglesas a la mantequilla en su salón azul (el saloncito rosa palo de chicle lo reserva para los reyes de Bulgaria). El caso es que ya se me han roto 3 cosas, una por día. Estoy que bato el record guinness de “todo lo que cobra vida en manos de Marta”.
1er objeto roto: vaso de cristal comprado en 2002 en sabe Dios qué tienda de Vigo.
Conclusión: rotura producida por un “mal golpe”.
¿Y cómo se rompe un vaso? Pues normalmente cuando se cae al suelo. Pues no señor, a mi se me rompe sin llegar a tocar el suelo. Con un simple roce con la puerta de la alacena, hala, a tomar por culo el vaso. Si fue un golpecito de nada… además el vaso era de estos gordos de whisky que salen en las películas, resistentes y duraderos. ¿A quién coño se le ocurre tener vasos de whisky en casa cuando una es ex alcohólica anónima (no sé por qué se les llama “anónimos” si al final te conoce todo el grupo y le cuentas tu vida enterita a todos). El caso es que el golpecito fue muy suave, pero debí darle un “mal golpe”. Es como cuando te caes en la calle y te haces una heridita de nada en la rodilla. Ahora sí, cuando te das un “mal golpe” te caes en la calle y te matas.
Bueno, pues no te creas que el vaso se rompe en 3 trozos limpios, nooooo, se tiene que hacer añicos y saltar miles de astillas que llegan, uno no sabe cómo, hasta el vaso que utilizas cuando te enjuagas los dientes. De ahí, las tan conocidas encías sangrantes. Lo malo es que siempre crees que recogiste todos los trocitos pero 1 mes después todavía encuentras una astillita en la alfombra por la que anduviste descalzo. Pues nada, sacas la aspiradora y a disimular el destrozo que has provocado por tu torpeza debida a que estás medio babeando con tanto antidepresivo. Aproveché y por fin me decidí a limpiar la casa con la excusa de tener que pasar la aspiradora por lo de los cristalitos que nadie encuentra con la escoba. Aparto la escalera que tengo para alcanzar la parte de arriba de mi armario, aparto la caja de Dixán concentrado que no cabe en ningún sitio más que detrás de la escalera, aparto el cubo de la fregona que tampoco cabe en ningún sitio más que detrás de la caja de Dixán concentrado colocada tras la escalera “alcanza ropa inalcanzable”, aparto la escoba y el recogedor que tampoco caben en ningún sitio más que detrás del cubo de la fregona que a su vez coloco detrás de la caja de Dixán concentrado colocada detrás de la escalera “alcanza ropa paquécoñotengotanta”. Y por fin llegamos al aspirador.
2º objeto roto: jarra del agua comprada en 2002 en el Carrefour
Conclusión: rotura producida por un “golpe tonto”
¿Cómo es posible que se rompa algo que cae desde 2 cm de altura? Estaba colocada en la estantería pegada al suelo, pero como fue un “golpe tonto”, se rompió. Es como cuando te caes en la calle y te haces una heridita de nada en la rodilla. Ahora sí, cuando te das un “golpe tonto” te caes en la calle y te partes la cabeza. Después te mueres.
Halaaaa!!!! Otra vez el piso lleno de astillitas de los cojones. ¿Y no se podría romper en trozos grandes como el asa, que no hay Dios que rompa una en mil añicos?
Aparto la escalera que tengo para alcanzar la parte de arriba del armario pensando en donar el 80% de mi ropa para no tener que usar la escalera y así poder regalársela a los albañiles de la obra de enfrente. Aparto la caja de Dixán concentrado que tengo detrás de la escalera pensando en comprar detergente en monodosis. Aparto el cubo de la fregona que está detrás de la caja de Dixán concentrado (me cago en Aurelio Dixán, creador de la caja de metro por metro de Dixán) a su vez colocada tras la escalera ya casi regalada, pensando en comprar otro cubo porque el mío es rojo y le he cogido manía al rojo. Ahora lo quiero de color verde-burro. Aparto la escoba y el recogedor que están detrás del cubo de la fregona de color rojo-letengomanía que a su vez está colocado tras la caja de Dixán concentrado (contraté a unos sicarios pa que maten al Aurelio) que a su vez está colocada tras la escalera (pa qué coño tengo yo una escalera en casa si ya no tengo ropa en el armario…) pensando en deshacerme de la escoba y el recogedor ya que no los uso. Con un aspirador ¿quién quiere una escoba? Y por fin llegamos al aspirador.
3er objeto roto: taza de porcelana de regalo al comprar una caja de galletas en 2002
Conclusión: rotura producida por un “fenómeno paranormal”.
Y es que una está fregando tranquilamente y de repente se queda con el asa de la taza en la mano. ¿Y dónde está el resto de la taza? Pues tropezando en el borde del fregadero ha ido a para al suelo y se ha roto en trocitos y miles de astillas de porcelana. Seguro que ha sido el hijoputa del fantasma de la ópera que no estando contento con la limpieza del piso decide jugar al “puteo Martoniano”. Menos mal que ya no tengo escalera, se terminó la caja de Dixán, regalé la escoba y el recogedor, y sólo tengo que apartar el cubo verde-burro de la fregona (el rojo no sé cómo, salió disparado por la ventana, cayó encima de una señora y la mato. Y qué casualidad que esa señora era mi vecina, la que me tiene hasta los cojones con la tele tan alta.

No sé por qué se ha rajado el tubo de la aspiradora por dentro. Voy a tener que comprar una escoba y un recogedor.