sábado, 31 de octubre de 2009

El Niño de la Gaita

Joder, esta mañana me han despertado a golpe de gaitazo. Una, que duerme fatal por las noches y que aprovecha las horas de la mañana para descansar lo que no descansa cuando debe, no se merece esto. ¡Menuda pesadilla de chico! En prácticas, el cabrón. Sólo le faltaba tener como teloneros a los de Camela, con el organillo y las melenas al viento. He estado toda la mañana planteándome si debía bautizar al crío desde mi ventana. Demasiada luz y demasiados testigos. Además, habría sustituido el agua bendita por la calabaza de halloween que tiene que llevar mi sobri a la guardería el lunes. Y claro, menudo disgusto se llevaría la pobre si llego sin su calabaza. Y encima para que luego el ayuntamiento me someta a trabajos sociales teniendo que limpiar los restos de sesos y neuronas esparcidas del Puto gaiteiro por la calle. A su lado había varios coches con carteles que decían algo así como “Marcha Mundial bla bla bla“, la letra pequeña no la leía desde mi ventana. Pues corre corre, que la marcha mundial la vas a comenzar tu cuando baje a molerte a hostias. ¡Te metía yo la gaita por el orificio bucal! Descubrí que la gaita era un reclamo para que el vecindario despertara de mala hostia porque luego empezaron a llegar coches y gente. Bueno, 3 coches y 5 monos. Y encima según me asomo por la ventana, el cerdo de mi vecino de arriba va y echa un escupitajo que casi me bautiza a mí.
A ver, las gaitas molan. Y el sonido es muy bonito cuando la tocan 4 ó 5 hombres en minifalda escocesa y por supuesto nada por debajo.
Y ahora que han conseguido despertarme, que me asome por la ventana, que casi me lleve restos de ADN gratuítos y que esté de mala leche, se van tocando el claxon. Yo que me había animado a ponerme un chándal, bajar y unirme a la banda de “tocahuevos despiertadulcineas”.


El niño seguro que aprendió a tocar la gaita en un curso a distancia de CCC

No hay comentarios: